Amazon Web Services, la gallina de los huevos de oro del negocio en la nube que ha ceñido durante mucho tiempo los márgenes de beneficio de la empresa, se vio sometida a la presión de las empresas con problemas de liquidez que buscaban un mejor trato durante la pandemia. El crecimiento de los ingresos se ralentizó. Luego, cuando Microsoft Corp. (MSFT) se asoció con OpenAI, se temió que la cuota de mercado de AWS se resintiera, ya que las empresas acudían en masa a invertir en la inteligencia artificial que ofrecía el mayor competidor de Amazon en la nube.
Jassy, que había sido responsable del ascenso de AWS como consejero delegado de la división antes de asumir el cargo, mantuvo la cabeza fría. Aseguró a los inversores que Amazon llevaba años trabajando en IA, mucho antes de que ChatGPT encendiera el mundo de la tecnología con la promesa de posibilidades que cambiarían el mundo. El mensaje de Amazon era que, aunque OpenAI acaparara los titulares, los inversores debían pensar en AWS como la navaja suiza de la IA, donde las empresas podían ejecutar cualquier número de modelos de IA de vanguardia sin preocuparse de trasladar sus datos confidenciales de un proveedor de nube a otro.
Para responder a la preocupación por la disponibilidad de potencia de cálculo, que había disparado el coste de adquisición de hardware de Nvidia Corp. para el entrenamiento y la inferencia de IA, Amazon ya había estado fabricando su propio hardware para esos fines con sus chips Trainium e Inferentia, algo que Microsoft y otros se están apresurando a alcanzar. Para subrayar su seriedad con la IA, Amazon compró una participación de US$4.000 millones en el fabricante líder de IA Anthropic, que dijo que ejecutaría sus cargas de trabajo en AWS.
El martes, los resultados del primer trimestre de la empresa mostraron que estas inversiones están empezando a dar sus frutos, lo que provocó un aumento de la cotización de las acciones de hasta un 6,5%. Las palabras tranquilizadoras de Jassy han demostrado ser acertadas, y se avecinan más buenos tiempos. AWS registró su segundo trimestre consecutivo de crecimiento acelerado de las ventas, con el interés de los clientes en la IA contribuyendo de manera significativa, dijo Jassy. Los ingresos anuales de AWS ascienden ahora a US$100.000 millones, de los cuales varios miles de millones corresponden al gasto en inteligencia artificial.
Como predijo Jassy, los clientes que habían frenado la inversión en la nube en el “modo de supervivencia” de la pandemia han empezado a acelerar el ritmo y a trasladar una mayor parte de su gasto a la nube. “Creo que la gente ha pasado a iniciativas más novedosas que, a nivel macro, yo describiría como la modernización de su infraestructura y, a continuación, tratando de impulsar el valor de la IA generativa”, dijo en una conferencia telefónica para discutir los resultados.
El margen operativo de AWS en el trimestre alcanzó la cifra récord del 37,6%, gracias a los recortes de costes y al aumento de la demanda. Con todo, el negocio en la nube de Amazon estaba “saliendo de lo que fue un año bastante duro”, dijo el analista de Jefferies Brent Thill en Bloomberg TV. “Los inversores no están pagando por Twinkies y papel higiénico que se entregan en su casa. Están pagando por estos negocios recurrentes de alto margen como AWS”.
El fuerte trimestre significó que Amazon podría salirse con la suya con declaraciones vagas como decir que aumentaría “significativamente” su gasto de capital este año para pagar por toda esta infraestructura de IA – sin poner una cifra. A diferencia de Meta Platforms Inc, que fue castigada por decir que su gasto aumentaría, Amazon puede salirse con la suya con mayores inversiones debido a su fuerte presencia en múltiples capas de la “pila” de IA: la capa inferior de infraestructura para los creadores de modelos de IA, la capa intermedia de desarrolladores que trabajan con IA y la capa superior de aplicaciones de software orientadas al consumidor, como los chatbots.
Todo ello sitúa a Amazon en una excelente posición entre la feroz competencia de la IA. El dinero inicial se está haciendo en las capas inferior e intermedia, pero no hay razón para que Amazon no pueda tener también una presencia dominante en la IA orientada al consumidor: esta semana ha desplegado por completo su competidor CoPilot, el asistente de IA de Microsoft que escribe código.
En otras palabras, Jassy se ha apoderado de la agenda y ha preparado a Amazon tanto para vender las palas como para excavar en busca de oro.